Dos grupos de la Universidade da Coruña publican en «Nature» un sistema basado en un material híbrido que sustituye los gases contaminantes que ahora se utilizan.
No es un gas. Es un material sólido, pero blando y ligero a la vez, una propiedad que le proporciona su media naturaleza orgánica. La otra mitad, la inorgánica, le confiere una estructura cristalina que le permite experimentar grandes cambios térmicos cuando se le aplican estímulos externos. Es un híbrido, que no se encuentra en la naturaleza, nacido por síntesis en los laboratorios de la Universidade da Coruña (UDC) y que se ha erigido en una de las alternativas más firmes para sustituir a los actuales sistemas de refrigeración. Los gases refrigerantes que se utilizan en la actualidad, tanto en los frigoríficos como en las ventilaciones o en dispositivos de todo tipo, serán prohibidos por la Unión Europea a partir del 2020. Es el caso de los hidroclorofluorocarbonos (HCFCs) o de los hidrofluorocarbonos (HFCs), que contribuyen al efecto invernadero causante del cambio climático, o de los clorofluorocarbonos (CFC), que ya fueron retirados hace años por contribuir a degradar la capa de ozono.
El nuevo material se calienta o se enfría cuando es sometido a una presión, que no tiene porque ser muy alta. Consigue el mismo efecto que los gases refrigerantes, que se basan en el principio de comprensión-expansión de un fluido, pero no contamina. El estudio se ha publicado en la revista científica Nature Communications. «Permitirá hacer dispositivos refrigerantes más pequeños, compactos, con menos ruidos, eficientes y ecológicos, porque no tienen productos tóxicos», explica María Antonia Señarís Rodríguez, catedrática de Química Inorgánica de la UDC y directora del trabajo. En la investigación participaron Juan M. Bermúdez, Manuel Sánchez Andújar y Socorro Castro, del Grupo de Química Molecular y Materiales, de la Facultad de Ciencias, y Jorge López y Ramón Artiaga, del equipo de Propiedades Térmicas y Reológicas de los Materiales, de la Escuela Politécnica de Ferrol.
«Son como piezas de lego»
El compuesto desarrollado es un híbrido con componentes orgánicos e inorgánicos, materiales que ofrecen enormes posibilidades. «Son como piezas de lego -apunta Señarís- que puedes combinar de forma distinta y te sale algo diferente. Pero nunca se había buscado esta propiedad. Nosotros la hemos encontrado y a partir de ahora incluso será posible buscar nuevas combinaciones para hacerlo incluso más eficaz. Se abre un abanico de posibilidades enorme». El equipo ha probado sus sorprendentes efectos en laboratorio, pero ahora aún tiene por delante dos grandes retos: implementarlo en los distintos dispositivos que se quieran refrigerar y desarrollarlo a gran escala para su aprovechamiento industrial. Para ello han solicitado un nuevo proyecto nacional y también han iniciado contactos con empresas interesadas en el sistema. «Necesitamos -advierte Señarís- más financiación para poder continuar».
Toda la investigación se llevó a cabo en el seno de la Universidade da Coruña. Lo habitual, en trabajos de esta magnitud, es que se recurra a colaboraciones internacionales para completar la investigación. Pero este no fue el caso y fue algo que sorprendió a los propios revisores de la revista Nature Communication, que requirieron de pruebas adicionales. «Estamos muy orgullosos -destaca Señarís Rodríguez- de haber llegado hasta el final, de demostrar el efecto que propusimos por nosotros mismos. La idea salió de aquí, de una tesis doctoral, y todo el trabajo lo hicimos aquí. Todo el proceso para publicar la investigación fue como una lucha de David contra Goliath».
Otra de las alternativas que barajan para sustituir a los gases refrigerantes son los materiales magnetocalóricos, pero son caros y necesitan ser sometidos a campos magnéticos intensos.
Fuente: La vos de galicia.